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lunes, 19 de octubre de 2020

Partida Kriegsspiel 1824 (especial confinamiento) (III)

Antes de proseguir con esta reseña, deberíamos aclarar un par de conceptos básicos para entender cómo ha funcionado y cómo se ha desarrollado la partida, así como la perspectiva con que la han vivido los jugadores.

En primer lugar, debemos entender que no estamos hablando de un reglamento al uso. Su enfoque es lo más parecido a lo que podríamos llamar de "profesional" dado que estaba hecho por militares, para formar a militares. En este sentido tiene muchos aspectos que hoy día nos pueden parecer, en el mejor de los casos, anecdóticos o chocantes, y en los que, por supuesto, no vamos a adentrarnos.

Lo que sí que nos interesa saber es cómo han visto la partida los jugadores. Hay que tener en cuenta que el enfoque ha sido más propio de un juego de rol que de una partida de fichas sobre tablero. En este sentido hay que señalar que toda la partida se gestionaba a través de un árbitro o máster que, por una parte recepcionaba, aplicaba y transmitía adecuadamente todas las órdenes de los generales de división (jugadores), y por otra les devolvía la imagen que en cada turno podían visualizar desde su situación en el campo de batalla.

Por ejemplo, el general Gudin, al sureste del mapa, tiene la siguiente situación en su sector una vez resuelto el turno 15.


Pero como no es esa la perspectiva que tiene desde su posición, debemos retocar la imagen para que le llegue sólo aquella que se corresponda con la visión que tendría en el campo de batalla. El resto le será desconocido, como así suponemos que ocurre en la realidad:


En esta imagen, retocada, se han eliminado las zonas que el general no puede ver desde su posición (la estrella azul al frente de la columna de infantería), y de las que, por tanto, no tendrá conocimiento en ese momento, como debe de ser. En una partida normal todos los jugadores tienen una completa visión del campo de batalla en sus menores detalles, tanto de las fuerzas propias como de las del enemigo, y eso, como todos sabemos, es absolutamente irreal.

Otro ejemplo, en este caso del bando rojo, un poco más al noroeste.


El general Hill, que ha entrado por el tercer camino del lateral izquierdo del mapa, se encuentra cruzando un bosque por un camino que lo atraviesa. Como es de suponer, su visión desde la posición que ocupa es más bien limitada por el mismo bosque que apenas le permitirá conocer lo que ocurre delante y como mucho, detrás suyo, tal y como se puede apreciar en la imagen que en su momento recibió el jugador correspondiente.

Por tanto, debemos hacernos a la idea de que los jugadores han tenido durante toda la partida una dificultad muy real para tomar sus decisiones y para conocer lo que pasaba en el campo de batalla, tanto en su bando como en el contrario.

No hay más que señalar que este sistema, si bien provoca bastantes problemas de falta de información a los jugadores, les supone una forma de jugar especialmente interesante y desde luego, original y realista, que ninguna partida presencial puede ofrecer. El nivel de niebla de guerra es, en este sentido, completo, total y perfecto.

Nos leemos en la siguiente entrada...


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